EL MURO DE BERLÍN: SÍMBOLO DE LA GUERRA FRÍA


La caída del Muro de Berlín se debe tratar como un hecho destacable de la historia mundial, por lo que lo primero que hay que preguntarse deberían ser las causas de su construcción, junto a la trascendencia que ha tenido y tiene en el desarrollo social, económico y político de Alemania. 

Al finalizar la II Guerra Mundial, en la Conferencia de Potsdam, el bando de los Aliados integrado por países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética, consiguieron derrotar al régimen nazi y acordaron dividir el país entre ellas. De esta forma, surgieron la República Federal de Alemania (RFA) controlada por las tres primeras potencias occidentales mencionadas y la República Democrática Alemana (RDA) por el sector oriental. 

La ciudad de Berlín quedó en el interior de la RDA, pero al ser la capital de Alemania también experimentó una división en dos zonas. No obstante, ¿por qué sucedió esto, si aparentemente cada grupo de países controlaba una zona sin inmiscuirse en la otra?

Pues esto se explica con la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética, quienes tenían sistemas muy diferentes y competían por extender sus influencias en el resto del mundo, todo por demostrar quién de los dos era mejor. El capitalismo estadounidense apostaba por la propiedad privada, mientras que el comunismo daba prioridad al control del gobierno sobre los servicios sociales. Así, esta fue una de las tantas causas de la Guerra Fría, plagada de pequeños conflictos que surgían en cualquier parte, a raíz de la creación de la alianza militar de la OTAN por parte de Estados Unidos en 1949 y la respuesta soviética con el Pacto de Varsovia en 1955.

Este "duelo de titanes" provocó que en 1961, casi tres millones de personas dejara atrás la Alemania Oriental y al darse cuenta de la continua pérdida de población, la RDA decidió levantar un muro provisional la noche del 12 de agosto, que acabó por convertirse en una pared de hormigón de gran altura y 155 km de largo, acompañada de la "franja de la muerte" con un foso, alambradas y una permanente vigilancia militar que no dudaba en disparar a quien intentara cruzar, arrebatando así muchas vidas de civiles inocentes que no tuvieron tanta suerte como otros que sí lograron salvarse. A continuación, una declaración de una de estas tantas personas que lo vivieron.


En esta situación transcurrieron 28 años, los cuales estuvieron plagados de momentos icónicos como el del mural "El Beso" y fueron una época muy oscura para todos los berlineses, quienes ejercieron tanta presión social que, tras abrir las fronteras entre Austria y Hungría en 1989 y pedir asilo en las embajadas de la RFA, consiguieron mediante protestas pacíficas que el 9 de noviembre del mismo año, la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido y estalló un éxodo masivo que poco a poco fue derrumbando el muro hasta que poco más de un año después, el país políticamente dividido desde el final de la II Guerra Mundial celebró su reunificación.

Sin duda, la caída del Muro de Berlín simbolizó el fin de la Guerra Fría y la construcción de un nuevo orden mundial con decisivos cambios en el rumbo ideológico, político y económico no solo de la Alemania reunificada, sino de muchos países europeos. Todo ello implicó un periodo de transición bastante difícil con tasas de inflación y desempleo que poco a poco fueron decreciendo.              

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